Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

sábado, 27 de junio de 2009

tu trabajo es infinito

A la Prof. Alejandra Atadía

ya no sos docente... te destrono...

ahora sos duende de las palabras...

pero no, tampoco, tus palabras van lejos donde los duendes no llegan...ya no tiene destinatario fijo tu carta...

¿por qué vienes de lejos si estás siempre tan cerca?

¿por qué sanan tus palabras si parecen sonidos al viento...?

mi hígado se sana en tus gramáticas siempre verdes y andantes

ahora sonarán las campanas... ¿oyes?

tus versos doblan saberes y sentidos...

y a mí, que camino en las sombras de mi dolor trashumante, tus palabras me llegan tibias y abiertas como flores.

Javier Sosa

viernes, 26 de junio de 2009

La ciudad de ningunaparte



Aquello parecería un edificio pero en realidad es una creencia y un dios. Más allá hay muchas palabras en varios pisos con ascensor. Pero aquello y más allá se repiten.

Hay una regla que mide las sendas peatonales, los cordones y los límites horizontales. Hay otros asientos en semicírculo con cúpulas y banderas. Allí hay silencio. Muchos dicen que hay ocultamiento en el parloteo.

Afuera, el reloj marca una hora digitada, una hora que miente. Por eso hay ciertos relojes que se atrasan y otros que se adelantan; porque indudablemente la plaza tiene más palomas que palomitas de maíz. Sin embargo, las manos, como si nada, siguen su destino sin sentido. Arrojan palomitas hasta que se acercan.

Pero me cansé de ver la iglesia y las oficinas, el correo y los tribunales. O las diagonales urbanas infinitas de rascacielos mecánicos y autómatas. O esa rara ley que nos aplasta horizontales con su jerarquía de espacios donde poder habitar las conciencias. El tiempo me sigue midiendo, pero el reloj miente. Ese reloj del congreso miente y mienten sus palabras y sus silencios. Entonces vuelvo mis ojos a ellas y les doy de comer a las que están más lejos. Hasta que viene una nueva que no se pelea con las otras. Me mira fijo y fugaz de costado. Me deja inmóvil: errante y taciturno.

Javier Sosa


Correo


Quiero que me llegue una carta de lejos.
Una carta del norte o un poco más a la derecha o quizás más abajo también...
o de la esquina más distante...

También puede ser una carta simple de la triple doble ve (www)
o una carta de ningunaparte y de ningunapersona...

Quiero que me llegue una carta de lejos...
de la memoria y del recuerdo...

De lo que nunca se conoce bien y que sólo las palabras revelan...

De lo difuso y lo tenue...

Quiero que me llegue una carta
que me proteja,
que me acompañe,
que me comprenda,
que me diga que es diferente,
que no es así,
que a mi no me pasa,
que me tenga en cuenta
y que me cuente.

miércoles, 24 de junio de 2009

Rojo


Mi sangre se convirtió en una amenaza.
Mi hígado se convirtió en mi corazón.
Mi corazón está herido de indiferencia.
La indiferencia mata.

Hay otra sangre en otro río,
del otro lado,
que me espera.
Hay otros seres,
del otro lado,
que me esperan.

No es la misma sangre.
No es el mismo río.
Porque somos más que sangre.

Sin embargo,
mi letra está escrita con sangre.

Hay sangre en todas partes,
hasta en los rincones de la memoria.
Hay sangre en el deseo,
en la calle,
en el silencio.

No quiero ir
a donde me llevan mis pies.
No quiero ir
hacia donde todos vamos.

Quisiera pensar que hubo otro tiempo,
otros lugares, otra sangre posible.
Me absorve lo desconocido, lo siniestro...
Penetra mi piel,
.
.
.
va por mis venas,
.
.
.
llega a mi hígado.

Javier Sosa

lunes, 22 de junio de 2009

Salud


Saludables y pacientes de cuerpos extraños inoculan visitantes anestecias locales, antígenos genéticos generales en los géneros farmacéuticos. El instrumentista instrumenta el doctorado universitario de la universidad universa de los versículos doctos de doctores indirectamente mentalizados en saludarse salubremente sobre la lúgubre saliente del desaliento del impaciente.

Leandro Coronel

viernes, 19 de junio de 2009

Alegoría del Armario




Per ardua ad astra (“A través de las dificultades alcanzamos las estrellas”)

Se cuenta que se decía que había una semilla de árbol, en algún bosque del mundo, que logró ser humana. Cuando era un simple pedazo de leño, donde habitaba el milagro de la palabra, resultó ser obra de una estrella implantar el límite de su propio silencio en el aroma resinoso de sus entramadas fibras. En la mueblería lo venderían por poco ante la crisis per cápita. Extraño hecho que invertiría el tiempo y el destino. Alguien compraría ese armario y, con el armario, el silencio involuntario: el silencio interno de la madera. Empotrada en la pared quedó la esperanza de descubrirse, no solamente ante los ojos de los demás sino ante los suyos. Igualmente, de aquel árbol habían salido otras leñas… otras maderas que el azar convertiría en papel y el misterio de la tinta, en libros. Así fue como aquellas palabras durmientes conocieron la lectura entre ropas y zapatos. Se leyó y se interpretó, y la vida lo traducía. Fue entonces cuando, sin explicación, de un armario de madera salió un niño con deseos. El silencio se transformó en palabras y de las palabras brotaron verdades de hojas verdes … Luego el hombre pudo conocer la estrella que implantó el límite de su propio silencio, conoció al Zorro y al Gato y al Hada de todos sus logros. Pero además, cada tanto, acechaban los conejos negros … los conejos de la otra madera… los cuatro conejos negros como la tinta que portaban, solemnes, el ataúd de todos sus sueños.

Javier Sosa





lunes, 15 de junio de 2009

Grace Jones - Corporate Cannibal lyrics



Pleased to meet you, pleased to have you on my plate
your meat is sweet to me
your destiny
your fate

you’re my life support, your life is my sport

I’m a man-eating machine X2

you won’t hear me laughing, as i terminate your day
you can’t trace my footsteps, as i walk the other way

i can’t get enough prey, pray for me X2
(i’m a man-eating machine)
corporate cannibal, digital criminal
corporate cannibal, eat you like an animal

employer of the year, grandmaster of fear
my blood flows satanical,
mechanical, masonical and chemical
habitual ritual

i’m a man-eating machine.. X2

i deal in the market, every man, woman and child is a target
a closet full of faceless nameless pay more for less empitness

i’ll make you scrounge, in my executive lounge
you pay less tax, but i’ll gain more back

my rules, you fools

we can play the money game
greedgame, power game, stay insane
lost in the cell, in this hell
slave to the rhythm of the corporate prison

i’m a man-eating machine…
i can’t get enough prey
pray for me
corporate cannibal…
digital criminal…

i’ll consume my consumers, with no sense of humour
i’ll give you a uniform, chloroform
sanatize, homogenize, vaporize… you

i’m the spark, make the world explode
i’m a man-eating machine, i’ll make the world explode
corporate cannibal…

domingo, 14 de junio de 2009

Diálogos textuales: Epístola II



JONÁS Y LA BALLENA

Jonás hostiga a la Ballena, la insulta, la provoca, le dice que se aprovecha de los peces

pequeños pero que es incapaz de devorar a un hombre, la llama arenque, mojarrita y otros

epítetos injuriosos. Al fin la Ballena, harta de verse así

vilipendiada o acaso para hacer callar a ese energúmeno, se

traga a Jonás sin hacerse el

menor daño.

Una vez dentro del vientre de la Ballena, Jonás empieza a correr de aquí para allá. Profiere ladridos, da puñetazos y puntapiés en las paredes del

estómago de la Ballena. Al cabo de unas horas la Ballena, enferma de náuseas, vomita a Jonás sobre la playa.

Jonás cuenta a todo el mundo que permaneció un año en el interior de la Ballena, inventa aventuras heroicas, afirma que

la Ballena le tuvo miedo.

Moraleja: Si eres grande y poderoso como una ballena y algún Jonás te desafía no lo devores, porque lo vomitarás transformado en héroe.

Marco Denevi



LA BALLENA Y JONÁS


Jonás insiste y su insistencia lo instiga. Las insatisfacciones de la inspiración lo insanan. Insinuaba un heroísmo insípido e insidioso. Sin embargo, por instantes se instauraba. Era insoportable la institución de la insignificancia. Su insignia era insólita.

Pero Jonás y la Ballena eran inseparables. Aunque la Ballena lo inscribiera como insecto, su diminuta presencia la volvía insolente. El poder y la grandeza la instruían, la tornaban insaciable. Pero Jonás no era insabible: su fama era la mejor instrucción para la Ballena.

Moraleja: Si eres pequeño y débil como Jonás y la Ballena te traga, no dejes que te expulse. Profiere alaridos, da puñetazos y puntapies a las paredes del estómago de la Ballena. No hay mejor manera de ser grande y poderoso que saber dar el golpe en el lugar indicado.

Javier Sosa

Diálogos textuales: Epístola I


Salmónidos

Es universalmente conocido que los salmones concurren a desovar al lugar donde nacieron. Para ello recorren enormes distancias en el mar y luego remontan el río hasta la naciente. Allí depositan sus huevos, en el mismo sitio donde sus padres depositaron los suyos; y también sus abuelos. Me gusta pensar que hay un único lugar en el mundo, bajo las aguas de un río que no conozco, hacia donde concurren todos los salmones de la Tierra en la epoca de la procreación. Allí Dios depositó el huevo del primer salmón.

Raul Brasca en Todo tiempo futuro fue peor.

Desvío al origen

Camino bajo las aguas de un río que no conozco. Es una largo viaje corriente arriba en otoño y primavera. Veo peces de barro con ojos negros de piedra brillante. Veo camalotes con flores fecundas, con hojas de un verde insolente.

Oigo el agua, la tierra, los seres que se ocultan húmedos en la orilla. Siento el aroma de los matorrales, esas texturas ribereñas, esas formaciones misteriosas de los misteriosos rincones que la corriente habita.

Camino mis propias palabras en la voz de mis padres y mis abuelos. No llevo ropa: entendí que la mitad de mi ser estaba ausente en ella. No llevo recuerdos: me alimentan los olvidos sin sentido. Voy hacia el único lugar del mundo en donde hay un silencio que no se puede decir: un silencio que no escribo. Camino bajo las aguas de un río que no conozco.

Javier Sosa

sábado, 13 de junio de 2009

Madera & deseo


La materia es la madera. Herramientas romas y filosas. Aromas resinosos y sonidos chirriantes. Un viejo carpintero gruñón e inspirado se esmera. Vetas que mutan en formas humanas: cabeza, cuerpo, extremidades... Una nariz crece prominente. Mentiras de madera. Deseos humanos.

Pablo H. Martínez

jueves, 11 de junio de 2009

El fatal falo de grafito

No podía escribirse. Le habían dicho que su trazo podía borrarse. La incertidumbre lo apesadumbraba. Hacía catarsis sin sintaxis. La gramática lo amargaba. “Calla” su voz decía. Y el silencio escribía entre líneas, entre síntomas y sintagmas. El paradigma irrumpe, socaba. La indecible pena avanza. Los tiempos se acortan donde se acortaban las distancias. Una mañana azul los pájaros volaron al norte, como de costumbre, llenos de ganas por ganarle a la vida. Sin embargo, su madera se embargaba de desgracia. El 11 de junio fueron sus últimos minutos. Se puso de pie, tomó el arma y se armó de coraje. Cuando lo encontraron, sólo pudieron advertir una mancha iridiscente, opaca y metálica que sangraba sus últimas líneas.

Javier Sosa

miércoles, 10 de junio de 2009

El ataque de las páginas


Cuando hallose incauto de silencios, sobre la ventana parpadearon los vuelos de las páginas. Se piso de pie y caminante hasta el balcón divisó la bandada. Temió por sus ignarancias. Sus ojas abiertas, sus alas alzadas y parpadientes apretados en blanco mármol montado. Manda a su criada a ver la vacilante vidriera de enfrente. Pero sus influencias lo inflaman. Toma la manija, gira el giro y ábrela lentamante. Irrumpen las adentradas páginas apartadas del cielo. Sin firmamento, sucumbe en el suelo fundido en falacias. Será velado de velos a la mañana nocturna siguiente y sin honares. Las páginas volarán lejos de nuevo.

Javier Sosa

Lo ominoso

Extrañamente, la extraña mente extraña. Se transforma en una Scientia Sexualis. El cartel decía: “Llamado a la solideridad: se solicitan de 6 a 10 textículos de 110 o 220 vulvatios de potencia para ser digitalizados a la bravedad.” Firmaba un grupo que trabaldaba para la creación artística de un discurso político. Luego el panfleto anunciaba: “La hipersexualidad se ha enfermado de heteroinfluenza virus A de tipo pandémico. Lamentablemente contamos con algunos compañeros ocupados por el malestar en la cultura. Solicitamos tenga a bien presentarse en la oficina central del placer.” ¡Me escupe la memoria! ¡Me discute la ignorancia! ¡Me malesta la indiferescencia! Pero advierte al final: “Disculpe las molestias. Estamos trabajando para Ud.”
Javier Sosa