Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

sábado, 28 de agosto de 2010

domingo, 22 de agosto de 2010

Publicación oral I


Publicación oral realizada en el Programa "Hacedores de Palabras" (click en la foto para entrar). Saludos a las y los colegas de este espacio en ningunaparte. Presionar PLAY para escuchar la publicación.

martes, 17 de agosto de 2010

How To Be Alone


by Tanya Davis

If you are at first lonely, be patient.

If you’ve not been alone much, or if when you were, you weren’t okay
with it, then just wait. You’ll find it’s fine to be alone once you’re
embracing it.

We can start with the acceptable places, the bathroom, the coffee
shop, the library, where you can stall and read the paper, where you
can get your caffeine fix and sit and stay there. Where you can browse
the stacks and smell the books; you’re not supposed to talk much
anyway so it’s safe there.

There is also the gym, if you’re shy, you can hang out with yourself
and mirrors, you can put headphones in.

Then there’s public transportation, because we all gotta go places.

And there’s prayer and mediation, no one will think less if your
hanging with your breath seeking peace and salvation.

Start simple. Things you may have previously avoided based on your
avoid being alone principles.

The lunch counter, where you will be surrounded by “chow downers”,
employees who only have an hour and their spouses work across town,
and they, like you, will be alone.

Resist the urge to hang out with your cell phone.

When you are comfortable with “eat lunch and run”, take yourself out
for dinner; a restaurant with linen and Silverware. You’re no less an
intriguing a person when you are eating solo desert and cleaning the
whip cream from the dish with your finger. In fact, some people at
full tables will wish they were where you were.

Go to the movies. Where it’s dark and soothing, alone in your seat
amidst a fleeting community.

And then take yourself out dancing, to a club where no one knows you,
stand on the outside of the floor until the lights convince you more
and more and the music shows you. Dance like no one’s watching because
they’re probably not. And if they are, assume it is with best human
intentions. The way bodies move genuinely to beats, is after-all,
gorgeous and affecting. Dance until you’re sweating. And beads of
perspiration remind you of life’s best things. Down your back, like a
book of blessings.

Go to the woods alone, and the trees and squirrels will watch for you.
Go to an unfamiliar city, roam the streets, they are always statues to
talk to, and benches made for sitting gives strangers a shared
existence if only for a minute, and these moments can be so uplifting
and the conversation you get in by sitting alone on benches, might of
never happened had you not been there by yourself.

Society is afraid of alone though. Like lonely hearts are wasting away
in basements. Like people must have problems if after awhile nobody is
dating them.

But lonely is a freedom that breathes easy and weightless, and lonely
is healing if you make it.

You can stand swathed by groups and mobs or hands with your partner,
look both further and farther in the endless quest for company.

But no one is in your head. And by the time you translate your
thoughts an essence of them maybe lost or perhaps it is just kept.
Perhaps in the interest of loving oneself, perhaps all those “sappy
slogans” from pre-school over to high school groaning, we’re tokens
for holding the lonely at bay.

Cause if you’re happy in your head, then solitude is blessed, and alone is okay.

It’s okay if no one believes like you, all experiences unique, no one
has the same synapses, can’t think like you, for this be relived,
keeps things interesting, life’s magic things in reach, and it doesn’t
mean you aren’t connected, and the community is not present, just take
the perspective you get from being one person in one head and feel the
effects of it.

Take silence and respect it.

If you have an art that needs a practice, stop neglecting it, if your
family doesn’t get you or a religious sect is not meant for you, don’t
obsess about it.

You could be in an instant surrounded if you need it.

If your heart is bleeding, make the best of it.

There is heat in freezing, be a testament.




lunes, 16 de agosto de 2010

La puta





LA PUTA, LA GRAN PUTA, la grandisima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la torturadora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la mala; la del Santo Oficio y el índice de Libros Prohíbidos; la de las Cruzadas y la noche de San Bartolomé; la que saqueó a Constantinopla y bañó de sangre a Jerusalén; la que exterminó a los albigenses y a los veinte mil habitantes de Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a Segarelli en Parma, a Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la detractora de la ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la Historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora de herejes y brujas; la estafadora de viudas, la cazadora de herencias, la vendedora de indulgencias; la que inventó a Cristoloco el rabioso y a Pedropiedra el estulto; la que promete el reino soso de los cielos y amenaza con el fuego eterno del infierno; la que amordaza la palabra y aherroja la libertad del alma; la que reprime a las demás religiones donde manda y exige libertad de culto donde no manda; la que nunca ha querido a los animales ni les ha tenido compasión; la oscurantista, la impostora, la embaucadora, la difamadora, la calumniadora, la reprimida, la represora, la mirona, la fisgona, la contumaz, la relapsa, la corrupta, la hipócrita, la parásita, la zángana; la antisemita, la esclavista, la homofóbica, la misógina; la carnívora, la carnicera, la limosnera, la tartufa, la mentirosa, la insidiosa, la traidora, la despojadora, la ladrona, la manipuladora, la depredadora, la opresora; la pérfida, la falaz, la rapaz, la felona; la aberrante, la inconsecuente, la incoherente, la absurda; la cretina, la estulta, la imbécil, la estúpida; la travestida, la mamarracha, la maricona; la autocrática, la despóstica, la tiránica; la católica, la apostólica, la romana; la jesuítica, la dominíca, la del Opus Dei; la concubina de Constantino, de Justiniano, de Carlomagno; la solapadora de Mussolini y de Hitler; la ramera de las rameras, la meretriz de las meretrices, la puta de Babilonia, la impune bimilenaria tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se las voy a cobrar...........


Páginas 5 y 6.
Libro: La puta de Babilonia.
Autor: Fernando Vallejo.

domingo, 15 de agosto de 2010

canción



¿y a quién canto yo?

canto de sirena en la noche oscura

canto de fuego y de sangre

antesala del silencio

¿y a quién canto yo?

las vueltas del viento vienen a visitarme con un vuelo de viejos violines desafinados

canto hecho trizas, hecho a la nada de los hombre

canto hecho incendio y hecho rojo venas

y hecho cerrojo a las puertas del misterio

¿a quién le canta el ruiseñor del bosque esta noche?

le cantará a los cipreses

o a las golondrinas grises y gracias a ellas

le cantará a la muerte y a los dolientes



cántame una canción de cuna para que cuente

cántame de nuevo para que no se repita

cántame una canción vibrante que me abrace

que me devuelva la ilusión de ser quien no fui

y de no estar donde me encuentro

fabúlame una canción que me diga que sí

que me devuelva un sueño o una muerte

viernes, 13 de agosto de 2010

Sombrero por dios Eros (o el que da la sombra al dios ese)

Ah... palabrero,

me invitaste a tu mesa

pordiosero de palabras.

Ah... palabrero,

¿cómo se escribe un suspiro?

Tu mesa está plagada de seres extraños,

tan extraños como la misma gente.

Ay palabrero

no me quites las palabras para hacer un molino

no me pidas las palabras pordiosero

no juegues con mi destino...

que soy distinto

que soy distante

que soy diestro, palabrero.

Me invitaste a tu mesa palabrero.

¿Dónde pusiste el sombrero?

¡Pájaro azul!

¡Pájaro palabras!

¿Dónde está mi sombrero?

jueves, 12 de agosto de 2010

Ufano deseo



todo empieza cuando recuerdo que no debí mirar adentro

enteras palabras siguen a este pronunciamiento

enteras mentiras de la lengua

mi paladar de mariposa no tiene alas pues vuela

y no es menester de quien vuela tener alas

a las siete vino la comedia de las tres

a las seis ya se había hecho tarde

el mundo solía dar vueltas al revés

para desafiar a los torpes

y muchos murieron por pensar lo contrario

las agujas van en contra, a veces,

para despistar a los puntuales

o para que nadie se pinche

porque no hay peor cosa que saberse conocedor de las cosas

habítame mundo

promíscueme en tus fauces

quiero arremolinarme en un suspiro que me lleve dentro, dentro

y ahí estará mi enamorado

mi ufano palabrero hacedor de cuentos

entonces me sentaré a tomar el té con un sombrero de mil y un días

entonces, señores, me beberé las ideas despacio y con mesura

lo haré en el momento en que arda la memoria

como cuando uno es niño

como cuando uno llora porque rie

como cuando me entiendo diferente a eso que se dice

como si lo hubiesen cantado

o como las nubes que van despacio

como si nacer, que es cuando todo empieza,

hubiera sido recordar que no debí mirar adentro

El camino no tomado


Hay un camino que no tomé.

He traicionado a la tradición.

A mis padres. A mi educación.

He sido inmoral.

Desagradecido he sido.



Y en esto no hay elección.

Ser así me deja fuera.

Hay un camino que no camino.



Las huellas que escribo son mías.

Y el camino sin huellas quedó lleno de ausencia.


Ese es el precio.

Quedar en la ausencia y en la memoria al mismo tiempo.


Oigo pasos que no son míos.

Son los otros pasos.

La traición es ajena a mi cuerpo.

Es al mismo tiempo legado y lejanía.

La tradición duele en primera persona del singular.

Ser traidor me destierra de mi propio cuerpo y mi propio deseo.

Aquí.

En esta carne,

arde la misma culpa

y la misma resistencia.


Adentro se levantan legiones.

Ejércitos se levantan adentro.


Y adentro, la nada.

Y adentro, la ausencia.





miércoles, 11 de agosto de 2010

Tradición



Trato de entender la tradición de mi cuerpo

sus deseos

al encuentro con los otros.

Me despliego ardiente de dolor

ardiente de soledad

ardiente de temor.

Mi tradición es extranjera

en su propia tierra.

Siempre del otro lado de la mirada ajena.

Donde haya posibilidades de ser, seré.

Donde alguien me encuentre, le daré mi piel

y mis delirios.

Hay un lugar que no conozco...

el lugar de amarte sin temor

de amarte y de que llegues a mí libre...

Amo a un hombre y no es tradición,

es resistencia.

Amo a un hombre y no es memoria,

es silencio.

La tradición me esconde,

me limita,

me encierra,

me enseña.

Debo encontrar el camino hacia vos,

lejos de ese camino enseñado

de boca en boca

de padres a hijos.

martes, 10 de agosto de 2010

Laberinto



"…sigo el odiado camino de monótonas paredes 
que es mi destino. Rectas galerías 
que se curvan en círculos secretos 
al cabo de los años."





J. L. Borges

A la salida de mí mismo encontré el comienzo.
Sólo cuando hube entrado mil veces, 
doblado mil veces...
camino al origen y al destino 
de todas mis indecisiones y debilidades.

Adentro estaba yo.
Sin más luz que la propia ignorancia sobre mí.
Aún sin descubrir
mi ser tenue de temor 
tenía tantas tentaciones por sus trampas.

La casa que me habían regalado tenía tantos nombres
y tantas puertas
y ventanas
y entradas...
pero ninguna salida.

Es verdad que no salgo de mi casa.
También es verdad que sus puertas y ventanas están abiertas 
noche y día
a los hombres y las bestias.
Que entre el que quiera.

No hay un solo mueble en la casa
porque la casa es un mueble.
Un armario de muchas canciones 
y de muchos silencios.
Un laberinto de madera.
Pase y vea.
Pase y vea.
Soy prisionero.
Busco la llave
de las puertas sin cerradura.
Busco la salida de esta cárcel de madera.

Las niñas sordomudas se pasean en la plaza.
Tomadas de la mano y palabras.
Sí, señores, palabras por afuera, en todas partes del mundo que no habito.
Las noches y los días son tan largos.
A veces la madera se humedece y larga olor a hombre.
Corro por las galerías de madera mareado y mar adentro de mí,
no encuentro nada y confusión.
Las palabras comienzan a deshacerse.
Y camino, silencio, ardían, con ellos, sólo, como ayer, canto, burlas, madera, sí, esto es madera.






A la salida de mí mismo encontré el comienzo.
Sólo cuando hube entrado mil veces, 
doblado mil veces...
camino al origen y al destino 
de todas mis indecisiones y debilidades.

jueves, 5 de agosto de 2010

Las manos



Ahora él pasea sus ojos por el cuerpo masculino. Mira lentamente, primero con timidez, luego con la necesidad de conocer partes más íntimas. Sus manos son un vínculo directo con ese otro hombre. Sus ojos, su boca, su ano y su pene se abren generosos. Nunca los conocerá tan diversos ni tan fecundos en otro cuerpo. Por eso se los deja estudiar detenidamente.

Le gustan las venas del dorso de esas manos, de un verde pálido, apenas visibles, y también le gusta la carne de sus palmas. En esas manos su piel se expande y llega hasta lo más profundo, donde se centran los impulsos más audaces. Esas manos son muchas cosas a la vez. Les gusta entrar y salir de sus pliegues y sus orificios, húmedas y con los aromas masculinos llenos de mieles que brotan profusas.

Esas manos están unidas a brazos fuertes que no le harán daño y sólo le prodigarán satisfacciones. Sin embargo, muy lejos dentro suyo, en su niñez olvidada y silenciada, su cuerpo joven, ahora penetrado suavemente, a punto de exclamar jadeos leves que lo harán eyacular, supo conocer las otras manos.

martes, 3 de agosto de 2010

Origen



El legado de alfarería dejado por el pueblo mochica, que vivió en el actual territorio de Perú entre el 300 a.C. y el 700 de nuestra era, describe en forma franca, directa y casi humorística las costumbres sexuales de un pueblo que aceptaba, entre otras prácticas, la homosexualidad.
por Javier S.

Devuélveme una identidad homosexual latinoamericana, una identidad del mestizaje variopinto de nuestras tierras, una identidad precolombina plagada de libertades verdes y perennes. Que vuelva a mí nuestra naturaleza barroca y maravillosa encendida por un placer sexual que luego sería prohibido, acallado, violentado. Dame la virginidad del paisaje con la presencia del indio que desea al indio y del negro que desea al negro. Que nadie se atreva a descubrir América sin descubrir las profundas raíces homosexuales que la nutrieron. Entrégame esa América íntima que no agota su caudal de mitologías que ignoraban la homofobia y la heterosexualidad opresiva. Adentro, más adentro... en el andar errante de nuestros orígenes aún ignorados, se abren las profusas historias que han fundado nuestro inconsciente homosexual. En esa memoria palpitante también se encuentra la conciencia clausurada, propia de nuestra era de implicancias digitales y de indiferencias globales. Pero nada acallará las voces de nuestra identidad fecunda. Nada acallará a los ancestros legítimos de nuestra tierra creada por la mítica diversidad sexual que la historia oficial encerró en el armario o asesinó.




Adentro



Es el amor. Tendré que esconderlo y desaparecer.
Se elevan las paredes de esta prisión de madera, como en una pesadilla atroz.
La máscara es la misma, pero no es la única. ¿De qué me servirán mis artilugios, mis sortilegios, mis hechizos, las galerías de la inocencia, la amistad ausente, el hábito masculino, la obsesión textual, el armario y su sombra, la noche interminable, el sabor a silencio?
Estar con vos o no es la medida de mi tiempo.
Ya se resquebraja mi coraza y caen todos mis delirios al negro vacío de este mundo.
Por ser hombre y amar a un hombre. Por desear la carne prohibida en el deseo opuesto.
Esta sombra no trae paz.
Dicen que es amor. Es, me consta, la ansiedad y el olvido de tu voz, la espera y el recuerdo, el horror de vivir lo sucesivo.
A este amor le ganan los cuentos de hadas, las películas y las canciones porque no han sabido decir este amor, porque desconocen sus mitologías secretas.
Y ya sé, con dolor, que no caminaré la arista de tus encantos.
Ni tus ojos me mirarán como lo anhelo tan precipitadamente.
La guerra me rodea, las muertes preparadas para mí.
(Este armario es irreal; pero no te das cuenta).
Tu nombre y tu piel quedaron afuera.
Me duele un hombre en todo el cuerpo.

lunes, 2 de agosto de 2010

invitación


Sinuosas palabras te escribo 
que raudales y veloces 
se precipitan sobre tu existencia.
Celebra que lleguen a tiempo
 y que sean tuyas en la mirada, 
pues hay muchos otros 
que han intentado detenerlas.


todos los que estamos aquí tenemos que hacer una fiesta

en este momento

en especial tú, lector presente

nos tienes que ayudar a organizarla

ya que el hacedor de palabras -se rumorea-

te ha enviado un mensaje personal

sólo a tí

y ordenó al mensajero

que se acercara para susurrárselo

este mensaje, sí, el que aquí lees,

se ha abierto camino entre infinitas personas

e infinitas palabras

para leerse en tus ojos

en este lugar

y a esta hora...

hay otros, sin embargo,

que no desean que el mensaje llegue

que no están dispuestos a permitir

que tu lectura se produzca

nadie sería capaz de impedírselos

y menos aún

cuando oponerse

resulta tan convencional y normal

como para que todos lo hicieran...

pero tus ojos saben encontrar el mensaje...

cuando la letra está viva

se inscribe en tu lectura y en tu memoria...

te sientas en las palabras como un hombre menos

y sueñas que te han invitado a tí

en este lugar

y a esta hora...


domingo, 1 de agosto de 2010

Imaginar: inocente poder

Poder imaginar, inocente.



En la      i n f a n c i a     yo ejercí con pasión la adoración del bulto masculino: no el de los pantalones mal puestos o el de la gente falta de erotismo, sino el que ofrecía la delicada redondez y el que concentraba las fantasías más primordiales e inocentes.

Yo solía demorarme al hacer los mandados con el sólo fin de poder captar con mis ojos inquisitivos aquellas formas voluminosas, cotidianas, modificables al andar, flexibles al movimiento del cuerpo y, a la vez, manoseadas por sus propios dueños de las maneras más osadas e insolentes. Sí, provocaban deseos intensos e insaciables. Las enciclopedias escolares también ofrecían el esplendor anatómico escondido por debajo de la ropa, revelando así nuevas maneras de alimentar encantos y sensaciones físicas (todavía me acuerdo de esas figuras: yo que no suelo recordar sin imprecisiones los nombres de los hombres que conozco a diario, conflicto, por cierto, devenido de alguna negación por ellos,  negación a su vez coherente con el límite adulto que representa haber reconocido que no todo lo que se ve y desea puede ser alcanzado con afán narcisista).

Pasó la      i n f a n c i a. Sin embargo, aún, después de tantos años, no caducaron las demandas ópticas, o las pulsiones en la órbita del ojo, por captar y devorar las imágenes de esas geografías masculinas salvajes. En esas elevaciones solemnes portadoras de una belleza palpitante siguen prevaleciendo los sueños eróticos de la inocencia. Suelo inventarme historias, invenciones de mi propia voluntad por compensar su ausencia. Y ya que tengo ese poder ilimitado, voy a causar un bulto, el más digno de pasión y adoración, el más proclive a dar sus mieles en el momento justo y, con urgencia desmedida, en cantidades suficientes.

¡Oh, impronunciable don! Nunca mis anhelos llegan a tiempo para conquistar la gloria. Pero el hechizo existe... Acaricio sus pliegues, entreabro sus dobleces y sumerjo mi existencia en las vellosidades vírgenes y frondosas de su superficie creciente. Aparece generoso el habitante más ideado en textura y humedad. Frágiles misterios encierra la carne, contraseñas jamás descubiertas en libros muy recomendables en otros tiempos. Cuando mis labios se vierten afectuosos y profundos, el eclipse colma las integridades cavernosas. Entran en mí los sabores más salinos y los aromas más ácidos de  las pieles rugosas. El tiempo se procura lento y complaciente. Repentinamente, las fauces se nutren profusamente. Fugaz es la fecundidad del deseo. La        i n f a n c i a      está llena de placeres que satisface la vida adulta.