Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

jueves, 23 de junio de 2016

Sombrerero fabulero

Las palabras se habían tendido sobre la mesa a poco de servir el te

Ese brebaje viscoso lleno de esencias

Los comensales y sus muertos se habían alistado y fueron las cinco.

Ningún conejo sacó su reloj para indicar la hora,

puesto que el tiempo se había hecho su lugar en la mesa y ya era hora

Pronto se oyó un canto lejano

una melodía antigua cargada de misterio

todos anhelaban su maravillosa continuidad en sus mentes encantadas en sortilegios sonoros

Habíamos hecho tanto ayuno para despertar del letargo

Pronto los ojos de todos se encontraron y alzando sus tazas, bebieron con júbilo

Los muertos tomaron cuerpos nuevos y los vivos pasaron a mejor vida

Nunca supe en cuál me convertí... a veces llevo el júbilo de los muertos o el desatino de los vivos...

Y también canto la melodía antigua en recuerdo de la mesa donde el té del tiempo fue servido.

miércoles, 15 de junio de 2016

Divisiones



un cociente de silencios no da palabras

y la espada corta la línea delgada

la espada de la voluntad férrea de los féretros de antaño

vienes a decirme a mí de mis velorios

de mis desgracias a toda costa

como si el laberinto de pasiones no hubiera sido suficiente

como si las veces que he sido devorado no hubieran sido suficientes

los dolores del parto, las angustias derramadas

las mil y una noches de soledades y de misterios en la cama

mi cuarto transformado en otra cárcel

mi pensamiento alienado con la cultura antecedida y antesdicha

son todas atrocidades que golpean como un martillo gigante sobre mi memoria

y me ausentan de la escuela, me ausentan de la casa

de la salud y de la justicia me ausentan

una y mil veces callar porque el silencio es el derecho para que lo dicho no sea usado en mi contra

las sillas eléctricas, las cámaras de gas, las torturas, los empalamientos y las hogueras

ya no he sabido como escapar de tantos infiernos

mi cuerpo quemado aún implora por el agua

aún busca descifrar los silencios y las soledades

¿hasta cuando he de saber mi misión, Señor?

¿hasta cuando el milagro en mi carne es el castigo del mundo?