He sido tu herida.
Teclas de un piano cerrado.
Las hojas de otoño por el piso.
Y el viento...
Tus pieles menguas
en penumbras
y criticas tu inocencia
de espejo roto...
No me cantes a los ojos.
Oh tu, mirada ausente.
No me cantes austero,
Que aunque orgullo veo,
Me desvaneces.
Dime más tarde, a veces,
Dime tu canto al oido
Quiero de noche ser tanto
Para jugarte escondido.