Me pareciera necesitar sombra para esta loca cabeza cuerda. No por loca, mas por demasiado cuerda. Antes que se rompan las hebras de lo que mi cuerda tensa, póngole sombra a la certeza. Pues ya que con ella no hay duda, poco tengo tesitura. Me abro pues al concierto donde el silencio es canción y denoto la razón por no connotar cordura. Más me vale una herradura que andar descalzo por ahí. Y por ahí se me escapa un suspiro, encuentro un sombrero alto y me escondo en su copa honda. Ábrome paso en la espesura de esta incertidumbre creativa, camino adelante e improviso que avanzo... cuando sea la hora justa en el momento menos indicado, tomaré el té con Alicia y habremos hablado.
