Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Acusado

Era la hora de acostarse,

aunque no había visto el sol

en todo el día.

Quería dormir con la conciencia tranquila,

con el tiempo que le sobró.

Salió del cuarto sin hacer ruido.

Las cosas suelen quejarse

cuando no están en su lugar.

Las pausas las marcaba el viento

que azotaba fuera de la casa.

A alguien le regalaron su virginidad.

El diámetro de sus caderas avanzaba.

Es mucho faltarle el respeto al silencio.

Entonces el silencio lo decía todo.

La tormenta lo mataba

a punto de desatarse..

Se tumbó en la cama.

Volcó la leche.

La noche siguió igual

mientras él dormía...

Javier Sosa