cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.
lunes, 30 de noviembre de 2009
domingo, 29 de noviembre de 2009
Al señor de las palabras
Díganle al señor de las palabras que se está haciendo tarde
que la noche no alcanza
y que aún queda mucho por decir.
Díganle que el silencio se presiente...
que la luna oscura viene lenta...
No son las dudas del silencio las que nos ocupan en este instante.
No.
Son aquellas cosas no dichas...
Díganle al señor de las palabras
que necesitamos más tiempo, más vida...
Que hay algo siniestro en el juego del decir
que puede acabar por matarnos.
Javier Sosa
que la noche no alcanza
y que aún queda mucho por decir.
Díganle que el silencio se presiente...
que la luna oscura viene lenta...
No son las dudas del silencio las que nos ocupan en este instante.
No.
Son aquellas cosas no dichas...
Díganle al señor de las palabras
que necesitamos más tiempo, más vida...
Que hay algo siniestro en el juego del decir
que puede acabar por matarnos.
Javier Sosa
martes, 17 de noviembre de 2009
plata contra oscuro
la espada irrumpe
a tiempo de partir el sol opaca
llegan vientos
llega la neblina
el guerrero solo
el guerrero lucha con su ausencia
a tiempo de partir el sol opaca
llegan vientos
llega la neblina
el guerrero solo
el guerrero lucha con su ausencia
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