Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

miércoles, 21 de enero de 2015

Lisa



Me besaste como nadie me besó,

como nadie lo haría.

Suave, penetrante, húmeda y largamente.

Era como ingresar a mi mundo a través tuyo.

Sí, tus besos me llegaban como las raíces de un árbol.

Fue tu forma de llevar la cama.

Tus ganas de fundirte en mí.

Tus halagos o reconocimientos.

Pero todo eso también tenía un corazón oscuro.

Y la sombra llegó al tercer encuentro.

Con un mensaje me cerraste la puerta,

Y quedé solo de tus besos.

Quedé pensando en cómo tan poco podía significar tanto.