Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.
miércoles, 15 de junio de 2016
Divisiones
un cociente de silencios no da palabras
y la espada corta la línea delgada
la espada de la voluntad férrea de los féretros de antaño
vienes a decirme a mí de mis velorios
de mis desgracias a toda costa
como si el laberinto de pasiones no hubiera sido suficiente
como si las veces que he sido devorado no hubieran sido suficientes
los dolores del parto, las angustias derramadas
las mil y una noches de soledades y de misterios en la cama
mi cuarto transformado en otra cárcel
mi pensamiento alienado con la cultura antecedida y antesdicha
son todas atrocidades que golpean como un martillo gigante sobre mi memoria
y me ausentan de la escuela, me ausentan de la casa
de la salud y de la justicia me ausentan
una y mil veces callar porque el silencio es el derecho para que lo dicho no sea usado en mi contra
las sillas eléctricas, las cámaras de gas, las torturas, los empalamientos y las hogueras
ya no he sabido como escapar de tantos infiernos
mi cuerpo quemado aún implora por el agua
aún busca descifrar los silencios y las soledades
¿hasta cuando he de saber mi misión, Señor?
¿hasta cuando el milagro en mi carne es el castigo del mundo?