Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

jueves, 23 de junio de 2016

Sombrerero fabulero

Las palabras se habían tendido sobre la mesa a poco de servir el te

Ese brebaje viscoso lleno de esencias

Los comensales y sus muertos se habían alistado y fueron las cinco.

Ningún conejo sacó su reloj para indicar la hora,

puesto que el tiempo se había hecho su lugar en la mesa y ya era hora

Pronto se oyó un canto lejano

una melodía antigua cargada de misterio

todos anhelaban su maravillosa continuidad en sus mentes encantadas en sortilegios sonoros

Habíamos hecho tanto ayuno para despertar del letargo

Pronto los ojos de todos se encontraron y alzando sus tazas, bebieron con júbilo

Los muertos tomaron cuerpos nuevos y los vivos pasaron a mejor vida

Nunca supe en cuál me convertí... a veces llevo el júbilo de los muertos o el desatino de los vivos...

Y también canto la melodía antigua en recuerdo de la mesa donde el té del tiempo fue servido.