Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

domingo, 12 de marzo de 2017

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El misterio de volar... como quien dice un sueño...

Hemos navegado mucho... y la rutina agota...

Amar ya no es verbo... es la acción por desaprender... la emoción por conquistar...

Romper cuadros, abrir los ojos para ver por dentro, dejar atrás lo que ya no está por ser dejado...

En el silencio hay palabras, las palabras siempre, siempre las palabras.

Hice un hueco en mis manos. También lo hice en las manos de mis sueños...

Allí coloqué algunas palabras para ritualizar la celebración.

Te invité una tarde... una tarde cualquiera...

Preparé la mesa con masas y había también té y la vajilla y todo... adorné todo para recibirte...

Fue el primer encuentro del eterno recorrido de rituales cotidianos...

Porque aprendí a amar en la desolación de las palabras... de tus manos y tras tus pies fui aprendiendo a amar...

Nadie tiene hoy las respuestas que guardo celósamente en mi corazón...

Porque nuestros cuerpos no eran vírgenes. Sin embargo, la primera vez que se ama no es el amor lo que ama... un ejercicio inmaduro para aproximarse a amar... Nuestros corazones eran vírgenes...

Y te amo. Te amo a cada momento mientras aprendo a amarte y sigo aprendiendo.