Los capullos rotos. Ya han volado.
Los vi desaparecer.
Queda el laberinto con sus falsas promesas.
Queda el agotamiento de las horas.
Para nunca más decir que "es para siempre".
Ciego, tus flechas en mi memoria, vas al juego del dolor.
Pero hay más, mucho más...
Más allá, el sol.
Más allá, la felicidad.
Una nueva canción.
Otro nombre.