Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Abril


Nunca fue un tiempo, ni un mes.

Abril era una procesión de aves...

los vientos de un cambio al inicio...

Nunca un tiempo ni sus flores...

Abril era un temor a asomarnos

a la escuela, cuando ya había iniciado.

Nunca un tiempo...

Para abril ya pasado mi cumpleaños

yo solía quedarme solo en casa

por la tarde...

Y ensayaba un canto blanco,

para no morir,

para no dejar mis canciones de otoño...

Para abril ya el tiempo se esfumaba...

y las olas, los recuerdos y las palabras....

todo eso, más que un tiempo,

era abril.