Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Camino


Por cada uno de mis delirios y mis anhelos

he poblado un bosque de fuertes verdes y verdades.

Árboles que como cúspides

besan lo alto

y peregrinan

escala arriba

para esculpir el cielo

con torres y cúpulas y arcadas

en ángulo abierto.

No dudes en percibir

que a tan altas montañas

le suceden tan profundos valles,

y ya ninguno quiere recorrer

las oscuras galerías de las noches de mi alma...

Tras fecundas felicidades,

nadie recorrería

las lúgubres canciones del ocaso

que, también, me han mantenido preso en lo profundo.

A veces, sólo a veces...

Me pregunto qué tanto mundo

he sostenido

que tantos desconociéndolos

presuman de mí,

como si sin serlo,

pudiera considerarme normal a tantas normas

cuando de originalidad se trata mi mundo.