Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

miércoles, 22 de febrero de 2017

La noche clara para Roberto Jesús Ortiz.

La luna y el sol fueron testigos.

Dos corchos de vino tinto, uno entero y otro en pedazos, tendidos sobre la terraza.

Unos porros consumidos en vuelo.

Los dos sentados, recostados o flotando en las palabras que iluminaron el camino de los sueños.

Estoy a tu lado y vos durmiendo.

Los ojos serenos y tu cabeza apoyada sobre mi pierna.

En la inmensidad del universo es mágia ser nosotros los únicos en nuestro recorrido.

Las nubes nocturnas fluorescentes, el Veo Veo, las risas con lágrimas y las lágrimas con las risas.

Es un misterio el telar de nuestra existencia y la misión de ser nosotros en el amor.

Los portales dimensionales se abrieron con el correr de las horas.

Atravezamos galaxias paralelas sincronizando emociones y visiones.

Existe la verdad del corazón. Esa es la que resume nuestra realidad de estar destinados a ser quienes somos.

Y las nubes siguen pasando...