La luna y el sol fueron testigos.
Dos corchos de vino tinto, uno entero y otro en pedazos, tendidos sobre la terraza.
Unos porros consumidos en vuelo.
Los dos sentados, recostados o flotando en las palabras que iluminaron el camino de los sueños.
Estoy a tu lado y vos durmiendo.
Los ojos serenos y tu cabeza apoyada sobre mi pierna.
En la inmensidad del universo es mágia ser nosotros los únicos en nuestro recorrido.
Las nubes nocturnas fluorescentes, el Veo Veo, las risas con lágrimas y las lágrimas con las risas.
Es un misterio el telar de nuestra existencia y la misión de ser nosotros en el amor.
Los portales dimensionales se abrieron con el correr de las horas.
Atravezamos galaxias paralelas sincronizando emociones y visiones.
Existe la verdad del corazón. Esa es la que resume nuestra realidad de estar destinados a ser quienes somos.
Y las nubes siguen pasando...