El agotamiento del agua hizo estragos.
Los cántaros, las tinajas, los vasos.
Todo desierto.
Nuestras bocas gemían ya no la luz, sino el silencio.
Ásperas gargantas de noche aullaban...
Nos quedó un cielo sin nubes y una tierra árida.
Las palabras perdieron su sentido...porque las palabras eran el agua.