Me deslumbro por no decir. Porque al decir voy matando las cosas.
Cuántas veces tendré sexo hoy?
Y cómo fueron las orillas de esas vidas que no conozco?
Voy como si no fuera a ninguna parte y cada vez me desconozco en todos los espejos que invento...
Qué fue de mi padre? Ese hombre cruel y amoroso, anhelo de presencias y juegos para afrontar un vivir...
Yo no sé de nada. Todo lo que sabía ha fallado a mi saber. Porque nada es lo que parece y yo me estoy muriendo...
En esta tarde temprana de marzo voy viendo llegar el otoño y mi cumpleaños... sintiendo que es una sentencia llegar a cumplir un tiempo que aún no entiendo para qué es ni por qué se me da.
Quiero hermanos y amigos. Quiero ser amado como para estrechar algunos brazos que me sostengan cuando lloro en esas noches donde el vacío lo llena todo.
Ya no quiero escribir más.