Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Desconfianza

en el incidente de tu risa vi dos vacas muertas

la leche derramada... el ternero lamiendo entre lágrimas.... los pechos vacíos...

es necesario preguntarse quién asesina a las vacas

o si las vacas han muerto por el dolor de su existencia

tengo entendido que a veces el amor es cuestión de tiempo... de acostumbramiento... de ir despacio...

sin embargo hoy te vi

crucé la calle, abrí la puerta, pasé por la galería de todos tus muertos y al final te vi sentado

porrón y porro en mano...

y pude, luego de inspirar dos largas veces y soltar un par de lágrimas, ver tus vacas muertas y saber que fuiste tu, amor, quien las habías matado