Amanecí de noche
hubo un silencio que dijiste ayer
hubo una frase muda en tus labios.
No escribo para decir:
esto no es poesía.
La letra cae muerta ni bien nacida;
la boca como sin hambre
la boca come sin hambre
sin movimientos ni lengua.
Los ojos me devoran la luz
me devoran la piel y sus laberintos.
Hay otro que no soy,
hay otro que ha partido de sí.
Las palabras no las elijo:
ellas se escriben por sí mismas,
como sabiéndose más allá de mí,
como sin saberme ser.
Remota ilusión de lo que digo,
terminar siendo lo que otros leen
sin ser dicho.