Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

domingo, 18 de enero de 2009

Detrás

Una tarde no es el sol o la brisa.
Una tarde son tus ojos y mis pupilas,
copulando en la luz, abrazando recuerdos.

Una tarde llegarás con tus corceles en llamas.
Una tarde ya no estarás ausente,
no estarás detrás del silencio o delante de la nada.

Atesoro una imagen de incandescencias...
el sol desciende implacable y lo arrasa todo.
Un haz nos eclipsa en misterioso recorrido
hacia el vacío, hacia el abismo.

Una tarde no es el sol o la brisa.
Una tarde son tus alas y mi tiempo,
el deseo de estar en vos,
guardando historias que no se escribirán.