Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.
viernes, 17 de septiembre de 2010
La Noche de los Lápices
Mi lápiz escribe mentiras. Sin dudas puede escribir la noche en pleno día. Mi lápiz es duro y oscuro como los pájaros de la noche. Ahora me acuerdo del silencio de las estrellas fugaces. Ahora recuesto mi cabeza sobre una idea y me dejo soñar. Sí, ahora y mientras eterne, seré palabrero ufano contador de cuentos.
Mentiras blancas, mentiras negras, nunca de color, dolor, sabor...
Mientras miento mientas mentas.
La palabras estrangulas en decires, deseos y desde darse.
Abre la palabra y métete.
Construiré un refugio para tus verdades.
Ven conmigo ahora a mi mundo.
Tengo muchas mentiras para decirte.
Me persiguen los monstruos dinosaurios difamadores asesinos en masa.
Me nombra la muerte dentro de esta cárcel de verdades a medio decir y de mentiras no reveladas.
Las paredes del colegio, el patio con mosaicos geométricos, el eco de los pasillos con pies que riman tacos regulares.
Las simetrías de tomar fila y llevar uniforme.
Las horas medidas y los medidos decires.
Me acosan en el patio, en la calle y en la memoria.
Siguen atormentando mi ser las burlas y los insultos.
Las escupidas, los manoseos, las miradas y los desprecios.
Mientras mis mentiras protejen una verdad desconocida.