Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

viernes, 17 de septiembre de 2010

La Noche de los Lápices

La clasificación de los lápices negros está relacionada con la dureza del grafito y la oscuridad del trazo.
El elemento de escritura es una barra de pigmento -usualmente gra
fito, pero pueden ser también tintes sólidos o carbón- con arcilla y, cuanto menos tenga de ésto último más blando será y más oscuro será el trazo: + arcilla = + duro = + claro.
Existen dos escalas para determinar la dureza -o tono de oscuridad- de los lápices negros. La más amplia y detallada es la del sistema europeo, que va desde los números H (proveniente de la palabra HARDNESS, dureza en inglés) a los números B (provenientes de la palabra BLACKNESS, negrura en inglés). Así a mayor número H más dura y clara será la mina y a mayor número B más blanda y oscura. También hay una “intrusa”, la F que se refiere a un lápiz común pero de barra más angosta (F de FINE POINT, punta fina en inglés). Este sistema es el más difundido y se lo considera Mundial.
El otro sistema es el norteamericano, que tiene menos graduaciones, pero que también obedece a la oscuridad o dureza de las minas, pero sólo utiliza números. De ahí viene el famoso “lápiz número 2″ que nos pedían en la escuela
1 = B; 2 = HB; 2 1/2 = F; 3 = H y 4 = 2 H.

Mi lápiz escribe mentiras. Sin dudas puede escribir la noche en pleno día. Mi lápiz es duro y oscuro como los pájaros de la noche. Ahora me acuerdo del silencio de las estrellas fugaces. Ahora recuesto mi cabeza sobre una idea y me dejo soñar. Sí, ahora y mientras eterne, seré palabrero ufano contador de cuentos.


Mentiras blancas, mentiras negras, nunca de color, dolor, sabor...
Mientras miento mientas mentas.
La palabras estrangulas en decires, deseos y desde darse.


Abre la palabra y métete.
Construiré un refugio para tus verdades.
Ven conmigo ahora a mi mundo.
Tengo muchas mentiras para decirte. 
Me persiguen los monstruos dinosaurios difamadores asesinos en masa. 
Me nombra la muerte dentro de esta cárcel de verdades a medio decir y de mentiras no reveladas.
Las paredes del colegio, el patio con mosaicos geométricos, el eco de los pasillos con pies que riman tacos regulares.
Las simetrías de tomar fila y llevar uniforme.
Las horas medidas y los medidos decires.
Me acosan en el patio, en la calle y en la memoria.
Siguen atormentando mi ser las burlas y los insultos.
Las escupidas, los manoseos, las miradas y los desprecios.
Mientras mis mentiras protejen una verdad desconocida.