Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

sábado, 27 de febrero de 2016

A mi madre

A Delia Angélica Giaquinda, mi madre


a mi madre


y así te voy cantando madre...

como una canción antigua y casi olvidada

como esa canción de cuna y ese mecerme en silencio.

tus ojos me miraban

tus ojos me llamaban a la vida

me estabas diciendo "te quiero" en silencio.

eso que nadie podía escuchar mas que tú y yo madre.

pudiste hacerme dentro y hacerme fuera

me diste fuerza cuando todo estaba perdido

me diste ánimo cuando nadie creía en mí

me diste pruebas y desafíos y me diste un nombre, un lugar y un tiempo de existencia.

tu techo, tu abrigo y tu alimento fueron míos madre

¿de cuántos sufrimientos se valió tu buena tarea?

¿de cuántos sacrificios?

el amor es cosa de madres, si de algo es objeto el amor.

siempre serás esa caricia cálida

ese arrullar sereno

y esas lágrimas de tristeza-alegría al verme crecer

y al yo verte morir en mis brazos

en silencio

como acunándote en la vida misma que me diste.
Javier Sosa