Alguna razón habré dejado
detrás del silencio de tus ojos.
Como un espejo nublado tu mirada...
Y así quedé yo de taciturno...
Empero las veces y las palabras quedan olvidadas...
Empero mis intentos ante tus delirios...
Qué lenguaje tienen las hadas, acaso, para poder entenderte...
Qué milagros hacen falta, en tu memoria o en mi olvido...
Porque tu daga de amor ya sabe amarga...
Aún cuando tus ojos enarbolan mis anhelos...
Dónde he puesto el reloj para tus horas...
Si ya no hay brújula para tu norte...
Las horas caen... como dados inciertos....
Las distancias huyen... como mariposas temerosas...
Y yo quedo aquí sin tu espacio y sin tu tiempo.