Saber amarte es la medida de mi otoño
Aquel en el que he podido ser nuevamente yo...
Miles de intentos hicieron falta...
Las soledades...
Los relojes rotos...
Las esperas, sí... sobre todo las esperas
que me valieron tenerte y no bajar los brazos...
Hoy me fecundan tus ojos amplios
y tu sonrisa, como si yo nunca hubiera sido quien soy,
viene a darme el nombre y el cuerpo para amarte.