Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

viernes, 9 de julio de 2010

Ángel nocturno desnudo entre sábanas




Palabras para decirte,

palabras para nombrarte

cuando tu ausencia destile humo a cigarrillo.

El aliento de nuestras bocas besándose

de nuestras lenguas en húmedo filo nocturno.

Me queda tu piel sobre la mía,

tu indecible sabor a juventud masculina.

Nuevamente, si es que algo es nuevo esta noche,

mi adolescencia se viste de un desconocido anhelo...

Vuelvo a desear como antes... mientras tus velos desvanecen mi desnudez...

Entreabres mis llamas, e ígneo, te fundes en mi memoria...

Carne con olor a hombre,

sinuosa esencia entrelazada de fluidos sexuales...

aún vibrante...

aún solemne...

aún intacta...

Vuelven sobre mí las sensaciones más osadas

y más temidas.

Pude amarte;

o amé el recuerdo de lo que creí que eras

mientras estábamos juntos.

Una vez más...

una vez más desearía decir tu nombre

para tenerte...

o invocarte una vez más

para que en esta noche

y en este mundo

no pueda ser yo

sin tenerte conmigo.

Aunque tan sólo sea

una vez más.