él viene a cuestionar todo lo que mis padres me enseñaron sobre el género
mi celeste y mis pantalones
mi cuerpo y sus movimientos
mi carne y sus deseos
mi pene y su memoria
su identificación
su piel que roza mi ropa interior
húmedo es el lugar de la adolescencia
caliente es la sensación de saberse despierto y activo
hombre caminante por una dimensión desconocida
por un silencio del deseo mismo que no sale a las calles a decir su nombre
el género se volvió inestable
y la sexualidad con sus bordes culturales
pierde sentido para el resto
sólo para mí
sólo para él
nuestros cuerpos sin lugar
nuestro deseo sin pronunciamientos
las palabras para no ser
para no amar
y otra vez
la mirada de los otros recortando la ausencia
se mira y no se toca
se desea y no se dice
se esconde
se aprieta
se guarda
hasta que yo, el último en sentirlo y el último en saberlo,
pueda empezar a ser
algo que nunca fui