Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

jueves, 12 de agosto de 2010

El camino no tomado


Hay un camino que no tomé.

He traicionado a la tradición.

A mis padres. A mi educación.

He sido inmoral.

Desagradecido he sido.



Y en esto no hay elección.

Ser así me deja fuera.

Hay un camino que no camino.



Las huellas que escribo son mías.

Y el camino sin huellas quedó lleno de ausencia.


Ese es el precio.

Quedar en la ausencia y en la memoria al mismo tiempo.


Oigo pasos que no son míos.

Son los otros pasos.

La traición es ajena a mi cuerpo.

Es al mismo tiempo legado y lejanía.

La tradición duele en primera persona del singular.

Ser traidor me destierra de mi propio cuerpo y mi propio deseo.

Aquí.

En esta carne,

arde la misma culpa

y la misma resistencia.


Adentro se levantan legiones.

Ejércitos se levantan adentro.


Y adentro, la nada.

Y adentro, la ausencia.