Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.
jueves, 12 de agosto de 2010
Ufano deseo
todo empieza cuando recuerdo que no debí mirar adentro
enteras palabras siguen a este pronunciamiento
enteras mentiras de la lengua
mi paladar de mariposa no tiene alas pues vuela
y no es menester de quien vuela tener alas
a las siete vino la comedia de las tres
a las seis ya se había hecho tarde
el mundo solía dar vueltas al revés
para desafiar a los torpes
y muchos murieron por pensar lo contrario
las agujas van en contra, a veces,
para despistar a los puntuales
o para que nadie se pinche
porque no hay peor cosa que saberse conocedor de las cosas
habítame mundo
promíscueme en tus fauces
quiero arremolinarme en un suspiro que me lleve dentro, dentro
y ahí estará mi enamorado
mi ufano palabrero hacedor de cuentos
entonces me sentaré a tomar el té con un sombrero de mil y un días
entonces, señores, me beberé las ideas despacio y con mesura
lo haré en el momento en que arda la memoria
como cuando uno es niño
como cuando uno llora porque rie
como cuando me entiendo diferente a eso que se dice
como si lo hubiesen cantado
o como las nubes que van despacio
como si nacer, que es cuando todo empieza,
hubiera sido recordar que no debí mirar adentro