Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

viernes, 15 de octubre de 2010

Erinias




Tengo ganas de decirlo de nuevo.

No te soñé.

Ángel caído y ángel muerto en mis brazos.

Tus alas se quemaron en pleno vuelo.

Tus alas. Nunca tus intenciones te llevaron a mí.

...

Otra vez me dedico una página vacía para hablar de mi propia ausencia.

Las Erinias de fuego consumen mi alma.

Una humedad del cuerpo que llega como recuerdo tenue

intenta apagar el olvido y aplacar el calor.

Cabalga memoria.

Vuélveme a dar una piel donde recorrerme

y un silencio donde fundir mi cuerpo en un abrazo pecho a pecho.

Van a decir que miento.

Miento en mi recuerdo que fuiste mío y que te tuve.

Mienten mis palabras del deseo que hoy te recorren desnudo nuevamente.

Miente tu piel ausente, tu piel hiriente, tu piel cálida y amante.

Mi corazón palpitaba en tu pupila.

En ese instante nuestros fluidos explotaban salpicándonos

mientras las miradas fijas descubrían que el mundo era otra cosa detrás nuestro.