Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

viernes, 15 de octubre de 2010

Líneas



Fracasamos de nuevo.

Oigo su corazón porque fue mío.

La línea de sus manos recorre el marco de la puerta y llega a mi pecho.

Entra.

Consigue la llave y devela el misterio.

Siento.

Me desnuda la energía y siente a la par. Siente.

Es mío.

Pronto sabremos que fue sólo un encuentro.

Pronto la línea de la puerta dibujará su figura...

y luego de la luz de baño apagaré la mía para verlo ir.

"¿Te acompaño?"

"No es necesario. Nos mantenemos en contacto."

Una vez más la piel se revela arisca... manchada de sales y de caricias olvidadas.

Encuentro en mí el refugio para esconderme.

Apago la luz...

Apago mis deseos. Olvido su nombre.

Comienzo a dormir en la noche oscura.