Desprevenido,
un golpe
de tus palabras
paralizan
mis latidos.
Y a la hora señalada,
la ceremonia de tus gritos.
Clavas con audacia tus palabras,
y tus palabras se clavan
una y otra vez...
Yo te canto mariposas...
te susurro y te burlas...
Mis verdades por el piso...
mis reproches sin disculpas...
Y te sigo cantando...
Porque en tu nombre tuve anhelos...
y en tu nombre me despido.