Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

jueves, 19 de enero de 2017

Gusto

Había pensado en el mar...

Había pensado en las olas...

Todos los nombres, ninguno. No hay hombres porque no hay misterio.

Hay un trámite: segunda puerta, tercer piso. Ascensor, a la derecha.

Y hago la cola, hago la cola... para terminar en otro lugar y en otro tiempo.

Devastado.