Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

lunes, 23 de enero de 2017

Ruiseñor


Íbamos a cantar canciones.

Canciones íbamos a cantar.

El ruiseñor del bosque, la muerte y el emperador.

Cantaba también el pájaro de metal, la máquina de relojería, las alas de alambre, los ojos de rubí.

Íbamos a cantar canciones...

Canciones de una noche oscura y de un viento nervioso y rotundo...

¡Al alba son las canciones!

Eso nunca nos lo dijeron.

¡Al alba son!

Íbamos a cantar canciones y no tenía que ser de noche...

Y en la noche nos fuimos todos, poco a poco... cantando y sin cantar.