A veces pienso que es mentira esta aparente sociabilidad o el influjo del nosotros rompiendo la barrera del yo.
Como abarcando una superficie en continua alteración, la marea de todos los ojos conjuga puentes y rupturas.
Vengo alienado de mis otros mundos. Todos aquellos perdidos en el tiempo que solapa irremediablemente la continuidad de cada momento.
Hoy parezco conluir una serie de discontinuidades. Como lanzandome en una vorágine absoluta, mis alas se expanden a lo infinito.
Que venga el sol, que venga. Que demuela esta vieja estructura. Que el caos ceda al nuevo orden de las cosas, una felicidad sostenida de logros satisfactorios.
Y, sin embargo, a veces, cuando se abre el telón oscuro que lo cubría todo, vuelvo a dudar de esta aparente sociabilidad.