Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Roberto

En mi último rezo a la luna
Le pido que las noches también sean nuestras...

Que las mañanas me las regales
Como flores frescas

Que borres mis lágrimas para siempre...

Si no puedo amarte
¿quién puede quitarte de mi lado?
Cuántas series podría aprender a ver
Cuántos juegos...
Para que nuestras soledades se aplaquen...
Cómo podría tener todas las certezas que no puedo darte...
compañero del silencio

Mis fuerzas mermaron en este abismo de dolor

Que sepas dónde estoy...
Que sepas caminar a mi lado en tardes interminables de parques...

Que la soledad no nos consuma en la autodestrucción del tiempo....

Poder llegar a ser algo que pueda ir más allá de todo...

Veo que no puedo corresponder y nos duele a los dos

Y no quiero caer en nuestro olvido doloroso...

Que podamos tener momentos de comunión... que nos hagan llegar más alto...

Que alguna fuerza nos bendiga con su magia...

Que alguien, sino sos vos, me salve de los laberintos interminables donde la muerte me persigue