Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Inflamado


Ni otra luz lucía

más que la que era mía.

Ni de amores sabía

hasta que en tus brazos ardía.

Y sin forzarlo, sucedía.

Hasta que al llegar tu noche

sin remediarlo mi día,

otros brazos te tenían,

mis amores perecían.