Cómo debo gritar la ira de tu silencio.
Cómo debo matar los sueños que soñamos juntos.
Uno a uno los entierro y los aplasto.
Su sangre fluye a borbotones como desmintiendo.
Pero vuelven
son millones
vuelan por todas partes.
Tu cuerpo en otras manos.
Tus ojos en otros ojos soñando.
Muéreme Señor.
Muéreme en la nada.
Que nadie vea mi dolor.
Que ni el cuerpo deje rastros de esta tonta ilusión por recuperarte.
Asesínanme los rumores de la mente.
Los incansables decires del afecto.
La sangre está ahí.
La sangre está en todas partes.
La sangre no vale nada.