Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

jueves, 13 de agosto de 2009


Hay que convencerse que la muerte invoca cada segundo
que la ausencia tiene una vida inversa.
La muerte sabe,
la muerte conoce.
Nos ha visto nacer con la esperanza de tenernos.
Nos quiere buscar
en cada segundo de ausencia.

Yo recorro los jardines de mi historia.
Recorro los juegos de la infancia y
la infancia de los juegos.

Hubo otros seres que me amaban.
Y ellos tuvieron mucho para darme.
Hubo otros seres que me amaban que la muerte aparta.
Hay una única forma de no tenerte.
Hay una única forma de no amarte.
Hay un único lugar en la existencia donde tu ausencia se justifica.
El veneno hace efecto.
Llega con presencia y tiempo.
Llega para dejarme del otro lado.
Del otro mundo.
Ella está siempre ahí acechando
La muerte sabe.