Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

miércoles, 22 de julio de 2009

Reducidor de cuentos






Hacía mucho tiempo de esta historia.

Pero fue contada una y mil veces.

Cada vez perdía palabras o hechos.

Cada vez se decía menos y se leía más.

Hasta que el reducidor de cuentos comenzó a contar otra historia.

Javier Sosa