Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

viernes, 17 de julio de 2009

Sueño




Hay que simular que uno duerme, aunque te despierte la muerte.
Mi jardín nocturno tiene el aroma de un hacia donde no hay dónde.
Me encuentro en la demora donde pasa el tiempo de la ausencia.
Entoces llega el silencio y lo cubre todo con jazmines.
La luna no encenderá mi pena aunque haya destino.
No encuentro la ventana para entrar en mis ojos.
Hay que poner los ojos donde hay que ver, sino te quedas ciego.

Javier Sosa