Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

lunes, 27 de julio de 2009

Tu cara de barro




Ese es el continente que te trajo a mí.
Tras años de organización genética y experiencias olvidadas,
la geografía de lo incierto te pone nuevamente ante mis pasos.
Tus cabellos negros hacen marco a la poesía de tu rostro guaraní.
Tus labios poseen el encanto de unos rincones rivereños cercanos
donde los peces nadan libres y pacientes.
Ahora llegas humilde... traes leyendas perdidas de la memoria
y , luego, partes, dejando un misterio duradero...
Tus huellas quedan con una sensación indecible de no saberte ni amarte como debería.

Javier Sosa