Relatos bajo la forma mágica de una propiedad ajena, la del lector. Autoría encubierta en mentira y espejo del que no soy... del que lee. Siniestro juego, encanto de una pasión más allá de mí mismo, inscripta en un otro siempre ausente de mí... agonía de un deseo que se hace signos: símbolos de quienes somos o hacia donde vamos... Entre el silencio y la línea que nos divide: palabras, traducciones de nosotros mismos, lenguajes de nuestra propia ausencia.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Al público

Les quiero comentar que desearía creer que no es así... pero ocurre.

Él espera algo de mí que no puedo dar así porque sí... en su momento lo supe dar a alguien en forma continua... y a algunos esporádicamente...

Es mi reliquia sexual a pleno en sus dunas entregadas...

Es posible que los ángeles asistan porque hay amor... pero cómo proyectar una vida con el querer de mi lado... si el poder está como imposibilitado...

Llamen a los aguateros... al mar, si es necesario... díganle a la luna, por lo de las noches...

A los cultivadores de marihuana paraguaya... y a los proveedores de cerveza...

Dénmen el poder y la gracia, caballeros, de presentarles obra semejante del sexo...

Déjenme cantarles canciones de cuna y cuentos de mi infancia...

Por favor, público presente, oigan las burlas y los insultos de la adolescencia... y por qué no, también, los despropósitos de una personalidad arrebatada por depresiones y abandonos... por el despido laboral, el conflicto familiar y la agresión a los más amados... qué protegeríamos al pensarnos correctos en actos tan horrendos si fuimos educados católicos y buenos ciudadanos... dónde habría quedado mi personalidad entonces...

Este es el acto final, damas, presencien el ocaso de una relación fallida... acaso la belleza de los placeres y los paseos y las ideas de mi novio por compartir cosas... y todo eso...  y todo eso, caballeros, justamente dónde podré guardarlo...

Si en la desesperanza profunda de un alma tan castigada, las pastillas nobles vienen a prestar ayuda: ¿dónde se olvidó la muerte de mí, señoras y señores, si la vida misma se presenta tan infernal e insoportable con fracasos, abandonos y huidas?