No he venido a decir nada y esto que sigue es silencio.
Telón caido a la memoria.
Hemos sufrido en vano.
Aprender las cosas de la vida parece un discontinuo arrebato de insoportables consecuencias.
En qué universo paralelo quedamos, Roberto tú, Javier yo...
Infinitas historias de amor entre tanta pasión que no he podido satisfacer de tus mares encantados de pasividad absoluta...
Hemos estado en el tránsito continuo de las almas por nacer, y nacidos, 36 y 41 años para encontrarnos...
Quedan las inscripciones en nuestras hitorias personales... toda esa magia que quiso ser...
No fuimos culpables... sólo experiencia... y ahora mismo me pregunto... mi fidelidad absoluta no fue suficiente... ¿por qué no fue suficiente?