Hemos quedado cautivos.
Luego del rapto doloroso vino la jaula.
La tuya, mi perdición. Porque ella habla un lenguaje de mi muerte, de mí traición a vos, esa que construiste en tu mente llena de celos, esa que nunca fue.
La mía, dolores y angustias... tu infidelidad latente... un mundo que no se sabe hasta dónde llega ni quiénes lo habitan...
Espacios ocluídos por la desesperación y la soledad. Dos jaulas frente a frente. Dos escenarios donde el amor naufraga de vez en cuando.